lunes, 15 de diciembre de 2014

Fiat Tenebris



La luz es terrible, porque ella lo altera todo.
gorilasilente©


Desaparecerás tus huellas,
y ya no distinguirás,
la fecunda tierra 
que palpita,
bajo un millar de hojas 
por vaciar 

tú también 

sostendrás la saliva 
que nace en mi lengua, 

trepidante 

en el instante de
la resurrección.

'I wrote a poem on a dog biscuit/ and your dog refused to look at it'...(Galaxie 500)

domingo, 13 de abril de 2014

Lecciones en el recreo

gorilasilente©

Debemos liberarnos
a la dulce condena
de la repetición.

Ella vino hacia mí
cuando apenas
podía hacerme daño

me dejó la dignidad
que contiene
la fe en el desencanto,

ella me heredó el olvido
como un arma antigua.

Fuimos huellas
que intentaban protagonizar
una historia con sus bordes,
en vez de sucumbir
al abrazo del viento.

Intercambiamos el sano
presente por la creación
de una leyenda,

jamás
accedimos a los instintos,
y entonces fuimos
eternos

qué inerte es el paso de las horas
sentado en la estación de la niñez,

qué imperceptible
es el envejecimiento del asfalto
y sin embargo cuánto ruido hace,

la memoria sólo puede ser libre
cuando ha perdido
todo deseo de aventura.


martes, 8 de abril de 2014

La verdadera soledad es inconfesable...

'Árbol nocturno en medio de un claro' obtenido a partir de la fotografía de una bandeja de metal.
gorilasilente©

La verdadera soledad
es inconfesable,
en el silencio de cada hombre
se encuentra la luz
de un mundo improvisado.
El origen de nuestros actos.
El final de las sombras.

En el silencio, tu nombre.
Cuando los dioses por fin
olvidarán el habernos llamado.


Calla y sobrevive,
porque los verdaderos hombres
silencian sus verdaderas obras.


Canta para tus adentros y existe.
Porque únicamente
en el sueño de un sordo
podremos multiplicarnos
de manera infinita.



viernes, 4 de abril de 2014

Tres visiones acerca del Rinoceronte (de Ionesco)

Rinoceronte en fase de idealización
gorilasilente©

BERENGUER: ¿Y le parece que esto es natural? 


BERENGUER: No. Pero un hombre que se convierte en rinoceronte es indiscutiblemente anormal. 

DUDARD: ¡Oh, indiscutiblemente! Sabe usted...

BERENGUER: ¡SI, indiscutiblemente anormal, absolutamente anor­mal! 


DUDARD: Muy seguro parece usted de sí mismo. ¿Puede saber­se dónde termina lo normal, dónde comienza lo anor­mal? ¿Puede usted definir esas nociones, normalidad, anormalidad? 


Rinoceronte en fase de despolitización
gorilasilente©



Rinoceronte en fase de agresividad ideológica
gorilasilente©

viernes, 28 de marzo de 2014

Alegato

'Mujer en el baño', por Roy Lichtentein


Cada día la misma rutina. Él, con paso lento después de levantarse, parecía arrastrar los pies por el pasillo. Golpeaba la puerta débilmente  aunque era innecesario, ya que su presencia se había anunciado tras su penosa marcha y varios accesos de tos–. 

Hace muchos años que ya no dormían en la misma habitación y a pesar de ello, en aquel instante era como si estuvieran juntos y una pared invisible, a manera de galería, mostrara a dos fotografías antiguas, una frente a la otra. Él miraba el postigo con aquellos ojos de animal viejo y enfermo. Ella, recostada y de cara a la almohada, con ese rostro resignado que se había petrificado en algún punto del tiempo. Luego venía el baño. Su cuerpo había dejado de producir impresión en ella, ya no podía decir si era horrible o por lo menos viejo. En su cabeza tan sólo podía resumir líneas de expresión, arrugas, piel caída y ninguna de estas imágenes le despertaba emoción alguna. Era como un muñeco de trapo al que, cada día, debía lavar. Entonces ocurrió.


Una mañana de abril mientras tallaba su espalda, observó cómo los rastros de pellejo se mezclaban con el agua jabonosa y se deslizaban por el sifón. Le pareció que la espiral producida por la espuma y el líquido gris formaban un ojo con de pupila oscura y de repente, tras unos segundos de verlo, se dio cuenta de su propia desnudez. Casi sin querer volteó hacia el espejo que estaba frente a la tina de baño, del cual siempre había huido, y se horrorizó. Allí estaba ella, inclinada frente al hombre al que había jurado lealtad absoluta y no pudo reconocerse en el cuerpo marchito y borroso que le ofrecía el reflejo. No recordaba cuándo había decidido dejar de vestirse para bañarlo, seguramente fue una de aquellas decisiones mecánicas e inconscientes que había adoptado con el paso del tiempo, como dejar de maquillarse o comprar adornos para la casa. Los brazos del anciano temblaban y se contraían sobre sus piernas. Lo vio y se sintió desdichada. Ella recordó la mirada cándida de aquel muchacho pelirrojo que le propuso matrimonio casi balbuceando y no pudo reprimir una lágrima. Sin embargo, esbozó una sonrisa por los buenos tiempos. Tomó la esponja otra vez, la exprimió y acarició la espalda pálida con suavidad y firmeza, casi como una madre. Él se dio vuelta y le sonrió. Ella sintió cómo algo renacía dentro y se alegró casi con alivio. Lo amaba y eso la había convertido en aquello que era. Por eso, cuando el juez le preguntó por qué había envenenado a su esposo, tan sólo atinó a decir “por compasión” como una autómata, pero en el fondo sabía que había sido un acto de amor, el más puro y solemne que un mortal pudiera permitirse hacia otro.  

Yo se lo agradecí siempre.


jueves, 27 de marzo de 2014

Acantilado

'La caída de Lvcifer', por Gustav Doré


Sobrevolamos
la rama desnuda
del conocimiento
con un ala rota y el pico
entre las fosas,
 
nos persigue la brisa 
en clave de murmullo 
pregunta dónde 
se nos termina el aliento,
 
abajo, seres terrestres 
torturan a quienes heredan
nuestras pisadas,
los verdugos usan labios tan tenues
como para ser acariciados con
la punta de las uñas 

se vuelven hacia nosotros
y las moléculas en combustión
ascienden como madres 
desamparadas
 
sin embargo, 
no es nuestro arte 
el que desfallece sino 
bandadas de sueños
despedazados al vacío
 
pareciera que los huesos 
de todos los cuerpos 
que nos alimentaron  
rebotaran, de repente, 
sobre la línea 
de un horizonte que 
la mirada nos obliga 
a sostener y recordar,

cantamos, pero

¿y si nuestra imaginación entera
fuera la voz de una cascada
de escamas secas?
 

lunes, 24 de marzo de 2014

A la Solitaria sin nombre

                                   
'Manzanas con máscaras', por René Magritte




                           Siempre habrá un éxodo o el espejismo de un hogar en el desierto, fabricado por las hordas de esclavos en búsqueda de ruinas.

                              Habrá canciones  y el silencio de un niño ante el asombro de tocar su propio sexo. Siempre bramará, todo el ruido que pueda caber en la perversión solitaria.

                            Habrá nombres y una pila bautismal iluminada por un tragaluz en invierno. Se perderán los adioses, tachados en el borrador de nuestras caricias.

                                Canta la ceniza.


jueves, 27 de febrero de 2014

Como dos extraños en un museo

gorilasilente©

Ella viene
como el conjuro
que nunca profieres
por temor a ser descubierto
un pez se consume por
la incisión del tiempo,
el fuego se manifiesta
en tus labios,
atrapas sus ojos
y los cubres con un puño
para viajar,

la recuestas sobre
un sarcófago y le cuentas
de todas las veces
que te has proyectado
crecer atrás  
y hacia adelante
emprendes
el abrazo terráqueo;
el impulso primario
por descontinuarla
de cualquier época,
sujetas, con ambas manos,
una nariz de caucho
y auscultas su espectro
a través de un par de anteojos
bañados en vapor,
también la hueles partir
en pos de la lluvia
escondida entre rieles
aclimatadas
a tus recuerdos
(se labran dos nuevos himnos
bajo el mismo cielo)
En el corazón del monte
se perdieron tres huevos,
congelados además por
la madera que te sostenía.
vamos juntos a 
aferrarnos a las líneas
que circundan
a los vivos y durmientes
Su cabello se
adentra en la noche
si rechina y despega

entonces, la invasión resulta
calculada,
la travesía ha sido medida
por una desconocida voz 
de la sangre,
palmeas su espalda y nuevamente
la bautizas, le dices 'Carmela' [1] ; 'barro',
'espumada', 'vaciador', 
o simplemente 'periódico'.
para ti
estas extrañas palabras de aliento
son desfiles en carnavales cenizos,
como el aceite pasado
al recorrer 
un estómago crédulo,
te tomas de los pulgares;
la atraviesas por su nombre,
la caminas descubierto,
le ofreces carne de caballo
—y a regañadientes—
la bañas en polvo de pan.
Se presume brisa,
se ansía un destino que rompa
alguna pantalla de cartón laminado
y te alimente con su leche solar
o por lo menos
con el rastro de sus pies
cuando se apresure
a abandonarte
porque desde ese instante
sólo temblarás
como un millar de casas
aglutinadas en una postal
que cuelga
de una cortina.



[1] Carmelo es un nombre propio masculino de origen hebreo en su variante en español. Proviene del hebreo כרמן (Karmel), que quiere decir “jardín”, o bien “viña de Dios”.

domingo, 2 de febrero de 2014

Las miradas de las estatuas me desconocen

Las ruinas de las estrellas se construyen con el aliento
gorilasilente©

 
Podría decirte cuántas veces
estuve enamorado de tu reflejo,  
te hablaría de lo que un hombre arrinconado
siente cuando trata de olvidar,
de por qué la luz deviene en bandadas de pájaros
acolmillados,
o bien de lo que podría ocurrir
con aquellos sueños que enfrentan a los reptiles
que sobrevuelan las alcantarillas,

te convencería de que un vaso es todo el desierto
que necesitas para bucear
en el infierno de la memoria.

quizás jamás entiendas quién soy
porque estoy tan gastado
y nadie podría reconocerme, si no es
bajo una tormenta de promesas hechas al amanecer.

camino a regañadientes, mi lengua trastabilla
y mis palabras están entretejidas por filamentos
de piel apresada 
en ventarrones de barro seco,

y no sé para qué vivo,

si apenas domino el lenguaje de las avispas,
si cuando tiemblo, vuelvo a nuestro último hedor.

Te digo que comando un ejército de niños huérfanos

y que quizás no sirva para nada llevar las palabras, a gatas,
a la orilla de los labios.

Tampoco vale la pena ser un don nadie

al amar ciegamente a quien nos escucha por lástima,
porque cada acto, desde el exilio, llega como un rumor
a quienes idolatramos;
la distancia entre dos extraños 
ha fabricado una sexta dimensión,
la vida no está hecha más que de deseos puestos cabeza,

porque nací de un nombre erosionado,
y tú creciste como un bosque de palma

a punto de crepitar
porque habitamos islas 
bajo el imperio de los corpúsculos de butano,

porque al fin estuve enamorado de tu reflejo,
pero no supe hacia dónde
iba la sombra de mi mirada, siempre oblicua,
siempre tan mimada por la ceniza
de los cráteres en fuga.

lunes, 27 de enero de 2014

I wanna be used tonight

Sombras de color sobre un universo espectral
gorilasilente©
La ventana del dolor
está al filo del paraíso
la entrada de luz
donde la muerte habitó
y se entregaba el aire

de nuestras yemas
habría podido medirse
la oscuridad en la que

brotan los pasos

zumban las palabras en agonía,
y nos avocamos a ser
los ataúdes
de una eternidad 

que mora
bajo el zarpazo
en la herida*

estás tú,
junto con el 

origen 
de los sueños.


*Hel me as the worthless/ a surplus, blank, white surface: En la mitología nórdica Hel o Hela (en español) es la diosa de los muertos y la reina del inframundo.