jueves, 27 de febrero de 2014

Como dos extraños en un museo

gorilasilente©

Ella viene
como el conjuro
que nunca profieres
por temor a ser descubierto
un pez se consume por
la incisión del tiempo,
el fuego se manifiesta
en tus labios,
atrapas sus ojos
y los cubres con un puño
para viajar,

la recuestas sobre
un sarcófago y le cuentas
de todas las veces
que te has proyectado
crecer atrás  
y hacia adelante
emprendes
el abrazo terráqueo;
el impulso primario
por descontinuarla
de cualquier época,
sujetas, con ambas manos,
una nariz de caucho
y auscultas su espectro
a través de un par de anteojos
bañados en vapor,
también la hueles partir
en pos de la lluvia
escondida entre rieles
aclimatadas
a tus recuerdos
(se labran dos nuevos himnos
bajo el mismo cielo)
En el corazón del monte
se perdieron tres huevos,
congelados además por
la madera que te sostenía.
vamos juntos a 
aferrarnos a las líneas
que circundan
a los vivos y durmientes
Su cabello se
adentra en la noche
si rechina y despega

entonces, la invasión resulta
calculada,
la travesía ha sido medida
por una desconocida voz 
de la sangre,
palmeas su espalda y nuevamente
la bautizas, le dices 'Carmela' [1] ; 'barro',
'espumada', 'vaciador', 
o simplemente 'periódico'.
para ti
estas extrañas palabras de aliento
son desfiles en carnavales cenizos,
como el aceite pasado
al recorrer 
un estómago crédulo,
te tomas de los pulgares;
la atraviesas por su nombre,
la caminas descubierto,
le ofreces carne de caballo
—y a regañadientes—
la bañas en polvo de pan.
Se presume brisa,
se ansía un destino que rompa
alguna pantalla de cartón laminado
y te alimente con su leche solar
o por lo menos
con el rastro de sus pies
cuando se apresure
a abandonarte
porque desde ese instante
sólo temblarás
como un millar de casas
aglutinadas en una postal
que cuelga
de una cortina.



[1] Carmelo es un nombre propio masculino de origen hebreo en su variante en español. Proviene del hebreo כרמן (Karmel), que quiere decir “jardín”, o bien “viña de Dios”.

domingo, 2 de febrero de 2014

Las miradas de las estatuas me desconocen

Las ruinas de las estrellas se construyen con el aliento
gorilasilente©

 
Podría decirte cuántas veces
estuve enamorado de tu reflejo,  
te hablaría de lo que un hombre arrinconado
siente cuando trata de olvidar,
de por qué la luz deviene en bandadas de pájaros
acolmillados,
o bien de lo que podría ocurrir
con aquellos sueños que enfrentan a los reptiles
que sobrevuelan las alcantarillas,

te convencería de que un vaso es todo el desierto
que necesitas para bucear
en el infierno de la memoria.

quizás jamás entiendas quién soy
porque estoy tan gastado
y nadie podría reconocerme, si no es
bajo una tormenta de promesas hechas al amanecer.

camino a regañadientes, mi lengua trastabilla
y mis palabras están entretejidas por filamentos
de piel apresada 
en ventarrones de barro seco,

y no sé para qué vivo,

si apenas domino el lenguaje de las avispas,
si cuando tiemblo, vuelvo a nuestro último hedor.

Te digo que comando un ejército de niños huérfanos

y que quizás no sirva para nada llevar las palabras, a gatas,
a la orilla de los labios.

Tampoco vale la pena ser un don nadie

al amar ciegamente a quien nos escucha por lástima,
porque cada acto, desde el exilio, llega como un rumor
a quienes idolatramos;
la distancia entre dos extraños 
ha fabricado una sexta dimensión,
la vida no está hecha más que de deseos puestos cabeza,

porque nací de un nombre erosionado,
y tú creciste como un bosque de palma

a punto de crepitar
porque habitamos islas 
bajo el imperio de los corpúsculos de butano,

porque al fin estuve enamorado de tu reflejo,
pero no supe hacia dónde
iba la sombra de mi mirada, siempre oblicua,
siempre tan mimada por la ceniza
de los cráteres en fuga.